Si bien los problemas de África (pobreza, corrupción, enfermedades e inestabilidad) son bien conocidos, debemos volver a centrarnos en la brillante promesa que ofrecen muchos países de ese continente. Debemos comprometernos fuertemente a nivel político, económico y de seguridad con gobiernos amigos de África, pero insistir en mejoras en la transparencia y el estado de derecho. Muchas naciones africanas no alcanzarán su verdadero potencial sin ayuda externa para combatir problemas arraigados, como el VIH / SIDA, que afligen a los africanos de manera desproporcionada.