Skip to main content

Expansión de la OTAN hacia el este y agresión rusa en Ucrania

Mientras unos 100.000 soldados rusos están al acecho en la frontera ucraniana, el mundo observa. Este movimiento de tropas, que parece intensificarse cada día, puede dar lugar a la mayor incursión militar en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo han llegado las tensiones entre Rusia y Ucrania a este punto? La respuesta puede encontrarse en gran medida en la historia de la OTAN desde su fundación en 1949. En virtud de su propia existencia, la OTAN siempre ha representado una amenaza para el Kremlin, y comprender la historia de esta polémica relación es clave para entender lo que está sucediendo en Ucrania en la actualidad.

Desde la creación de la OTAN, el aumento del número de miembros ha acercado cada vez más la alianza a las puertas de Rusia. La incorporación de Turquía a la alianza en 1952 acercó a la OTAN más que nunca al bloque comunista. La admisión de Alemania Occidental en 1955 llevó a la URSS a crear el Pacto de Varsovia en oposición a la alianza. La República Checa, Hungría y Polonia ampliaron la influencia de la OTAN hacia el Este en 1999, y en 2004 se incorporaron otros 7 Estados de Europa del Este: Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. Esta incorporación de 2004 fue la primera vez que un país que había formado parte de la Unión Soviética se incorporó a la OTAN, y supuso un importante punto de inflexión. Desde entonces, Albania, Croacia, Montenegro y Macedonia del Norte también se han convertido en Estados miembros.

Estados Unidos ha desempeñado un papel crucial en la OTAN desde sus inicios. Sin embargo, en el ámbito de la política nacional, los estadounidenses no siempre se han puesto de acuerdo sobre la mejor manera de abordar conceptualmente la alianza internacional. En 2017, por ejemplo, el senador Rand Paul se opuso a la admisión de Montenegro en el tratado, alegando que sería «imprudente» asumir obligaciones militares adicionales. Sin embargo, el senador John McCain respondió: «El senador de Kentucky trabaja ahora para Vladimir Putin».

«Si hay objeción, están logrando los objetivos de Vladimir Putin. Están logrando los objetivos de intentar desmembrar este pequeño país, que ya ha sido objeto de un intento de golpe de Estado.» – Senador John McCain.

Cada vez que un nuevo país es admitido en la OTAN, la influencia de Rusia en la región disminuye. Para Putin, en los últimos años ha existido la preocupación de que Estados como Georgia, Ucrania o Moldavia pudieran unirse a la alianza, lo que para su régimen sería un desastre. La desesperación del Kremlin por aferrarse a sus antiguos aliados soviéticos quedó claramente demostrada en 2008, cuando Georgia -que se había alineado con las potencias occidentales y había manifestado su interés por ingresar en la OTAN- fue invadida por Rusia, lo que dio lugar a una guerra de cinco días que dejó un saldo estimado de 850 muertos y 35.000 desplazados.

Pero Ucrania, quizá más que cualquier otro Estado ex soviético, es estratégicamente importante para Rusia. Los dos Estados tienen lazos históricos, culturales y económicos que los alinean estrechamente, lo que ha motivado las frecuentes declaraciones de Putin reafirmando su creencia de que ucranianos y rusos son un solo pueblo. En julio de 2021, por ejemplo, publicó un ensayo en el que calificaba la separación entre los dos países como «nuestra gran desgracia y tragedia común». A medida que Ucrania se ha ido distanciando política y económicamente de su vecino, las tensiones han ido en aumento.

Ucrania, junto con Georgia, había iniciado su candidatura a la OTAN en 2008, que fue recibida con dudas por parte de algunos Estados miembros. El Secretario General de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, dijo entonces que los dos Estados se convertirían «eventualmente» en miembros, pero los planes de Ucrania se archivaron tras la ascensión de Viktor Yanukovich a la presidencia en 2010. En la Cumbre de Bruselas de 2021 se retomó la cuestión de la concesión a Ucrania de un Plan de Acción para la Adhesión (MAP), con la declaración de que Rusia no podría vetar la decisión de Ucrania al respecto.

«Cada país elige su propio camino, y esto también se aplica al ingreso en la OTAN. Corresponde a Ucrania y a los 30 miembros de la OTAN decidir si aspira a ser miembro de la Alianza. Rusia no tiene nada que decir sobre si Ucrania debe ser miembro de la Alianza. No puede vetar las decisiones de sus vecinos. No volveremos a la era de las esferas de interés, cuando los países grandes deciden qué hacer con los más pequeños». – Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg.

En respuesta, el Kremlin ha promovido una amplia desinformación y propaganda sobre la OTAN y su relación con Ucrania. Antes de la crisis de 2014, Putin promovió la idea de que Kiev estaba bajo el control de los neonazis, y ha afirmado que los levantamientos populares en países del antiguo bloque oriental, como la «Revolución Naranja» de Ucrania, estaban patrocinados por Estados Unidos. En las últimas semanas, la campaña de desinformación del Kremlin se ha vuelto tan frecuente y extravagante que incluso fue parodiada en el episodio del 30 de enero de Saturday Night Live.

En una declaración del 1 de febrero, el líder ruso afirmó que Estados Unidos y sus aliados han ignorado las demandas de seguridad de Rusia en relación con la situación en Ucrania.

La posición de Rusia en la escena mundial ha cambiado drásticamente desde la caída de la URSS en 1991, y sigue intentando recuperar el poder geopolítico que tenía hace apenas tres décadas. Sin embargo, muchos Estados que en su día se alinearon estrechamente con Rusia se han distanciado cada vez más, y esto es una amenaza que Putin no tolerará de buen grado. Tiene a Ucrania como rehén para utilizarla como moneda de cambio con las potencias occidentales, y concretamente con la OTAN. Esta flagrante agresión no se puede tolerar, pero la cuestión ahora es qué hará el mundo ante el juego de poder de Putin, y cuántas vidas inocentes se perderán en el proceso.

Me recuerda una cita del difunto senador McCain de su visita a Kiev en 2017:

«En 2017 derrotaremos a los invasores y los enviaremos de vuelta al lugar de donde vinieron. A Vladimir Putin nunca derrotarás al pueblo ucraniano ni lo privarás de su independencia y libertad». – John McCain.

En los próximos días y semanas, el Presidente Biden y otros líderes de los Estados de la OTAN deberían seguir el ejemplo de McCain y hacer frente a la amenaza que el régimen de Putin supone para la democracia en Ucrania y en toda Europa del Este.

DISCLAIMER: McCain Institute is a nonpartisan organization that is part of Arizona State University. The views expressed in this blog are solely those of the author and do not represent an opinion of the McCain Institute.

Author
Annie Faulkner
Publish Date
febrero 4, 2022
Type
Tags
Share