Nikoloz Khatiashvili
es un McCain Global Leader 2023 de Georgia. Es jefe de gabinete de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento de Georgia y secretario internacional del principal grupo de reflexión de Georgia, GEOCASE.
En 1991, cuando Georgia recuperó su independencia y se liberó por fin de las garras soviéticas, Estados Unidos fue uno de los primeros países en echar una mano. En 1992, el entonces Secretario de Estado estadounidense James Baker realizó una visita histórica a Georgia. Ese mismo año se estableció la embajada de Estados Unidos, que sentó las bases de un apoyo político inquebrantable a nuestro país. También se prestó una enorme ayuda práctica a través de proyectos de USAID. No cabe duda de que en aquellos días oscuros, Estados Unidos se convirtió en la principal fuerza motriz de Georgia, llevando al país por la senda del desarrollo. Muchos políticos estadounidenses han apoyado a Georgia en los últimos 33 años, pero es imposible no mencionar la especial contribución del senador John McCain a la profundización de las relaciones entre Georgia y Estados Unidos. Fue el senador McCain quien abogó por Georgia durante muchos años en la escena internacional para que el país ocupara su lugar en el mapa geopolítico del mundo.
Cuando pienso en nuestro pasado y nuestro futuro, a menudo me hago la siguiente pregunta: ¿podría Georgia llegar a ser un Estado soberano sin el apoyo de Estados Unidos y otros aliados? La respuesta es sencilla: es poco probable. Como mi gran maestro y cerebro de la política exterior prooccidental de Georgia, el Dr. Alexander Rondeli, enseñaba a sus alumnos, los Estados pequeños, sobre todo en las primeras fases de desarrollo, luchan por sobrevivir en el cruel sistema internacional que intenta engullirlos. Es entonces cuando el Estado puede salvarse con la ayuda de aliados y sindicatos fuertes. En mi opinión, la asociación entre Estados Unidos y Georgia es una clara demostración de ello.
A principios de la década de 1990, cuando Georgia estaba en guerra con los separatistas apoyados por Rusia, y la guerra civil hacía estragos en la capital, Tiflis, Estados Unidos asumió esta misión para ayudar a Georgia a llevar a cabo reformas en casi todos los ámbitos, desde el fortalecimiento institucional, la consolidación de la democracia y la mejora de las capacidades de seguridad y defensa hasta la educación, la agricultura y la sanidad.
Esta fructífera cooperación ha continuado año tras año, convirtiendo a Georgia en un bastión estadounidense en la región del Cáucaso Sur. Georgia se ha convertido en uno de los principales contribuyentes a la coalición mundial contra el terrorismo liderada por Estados Unidos y ha participado en numerosas iniciativas de éxito. En este contexto, Rusia atacó Georgia en 2008 y ocupó nuestros territorios, lo que sigue siendo el principal desafío del país. Justo después de la invasión rusa, se firmó la Carta de Asociación Estratégica entre Georgia y Estados Unidos, que declaraba las relaciones estratégicas entre ambos países. Esta Carta representa un hito importante en nuestras relaciones bilaterales.
Hasta ahora, Estados Unidos ha sido un importante apoyo para Georgia.
A pesar del éxito de esta asociación estratégica, existen retos que requieren una mayor implicación y ayuda por parte de Estados Unidos. La guerra en curso en Ucrania no es menos peligrosa para Georgia. En Georgia, al igual que en Occidente, somos muy conscientes de que el próximo objetivo de Rusia después de Ucrania puede ser la propia Georgia. ¿Por qué Georgia? Georgia es una de las últimas piezas del rompecabezas imperial ruso.
El papel geopolítico de Georgia aumenta día a día, especialmente para Occidente, ya que Georgia representa el puente entre Occidente y Oriente en el que Rusia no participa. Vemos que el centro de gravedad se está desplazando al Mar Negro, y si Rusia logra sus objetivos imperialistas, Estados Unidos perderá su bastión en la región, lo que contradice los intereses de su política exterior. Sobre todo teniendo en cuenta que las tropas estadounidenses se retiraron de Afganistán y que se están planteando interrogantes sobre la presencia de militares estadounidenses en Irak. Una vez hubo una vieja cita histórica que decía que si controlas Georgia, controlas toda la región del Cáucaso. A medida que pasa el tiempo, me convenzo de la verdad de este dicho.
En general, todas las relaciones -ya sean personales, familiares o entre países- requieren permanentemente renovación, desarrollo e innovación. Si esto no ocurre, la relación se debilita y pierde su encanto original. Ahora mismo, en las actuales turbulencias geopolíticas, es más necesario que nunca llevar las relaciones entre Estados Unidos y Georgia a un nivel cualitativamente nuevo y declararlas de asociación estratégica a alianza estratégica.
¿Qué significa para Georgia la alianza estratégica con Estados Unidos? En primer lugar, supondrá una garantía de seguridad adicional para Georgia a la hora de disuadir las amenazas a las que se enfrenta. Esta alianza dará un nuevo impulso a múltiples direcciones en las relaciones bilaterales, incluida la firma del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos y Georgia, y acelerará también el proceso de adhesión de Georgia a la OTAN y a la UE. Y Estados Unidos, como potencia mundial, reforzará su papel en la región del Mar Negro, vital para la seguridad de Estados Unidos y Europa. Creo que es un objetivo alcanzable. Nuestros países y pueblos están unidos por valores sólidos, como el amor a la libertad y la independencia, la democracia, el respeto mutuo y el patriotismo.
Ha llegado el momento de que los países tomen decisiones más audaces y drásticas en la escena política mundial, pero, por el contrario, asistimos a una falta de liderazgo. Es hora de actuar ya para mantener la paz y la seguridad mundiales.